En cuanto a la investigación desarrollada, una de las aplicaciones más interesantes de la psicología positiva es que empezamos a conocer algunos factores que nos indican de forma tentativa algunas vías hacia la felicidad. Por ejemplo, sabemos que los aspectos interpersonales juegan un papel fundamental; de hecho, en la mayoría de estudios aparece como el predictor más importante del bienestar. Parece, por tanto, que invertir tiempo y esfuerzo en construir una red de relaciones sanas y con un alto grado de intimidad y confianza es una de las vías más seguras hacia el bienestar.
Por otra parte, la actitud en nuestra vida cotidiana puede ser otro factor muy destacable. Por ejemplo, el optimismo se ha revelado como un factor importante tanto para el bienestar mental como incluso para la salud física. Una actitud abierta a las pequeñas gratificaciones cotidianas también parece tener influencia en la sensación de bienestar global a largo plazo. Por otra parte, trabajar para aumentar nuestras experiencias de concentración y absorción en la tarea que tenemos delante (“flow”), como la búsqueda de un mayor sentido vital en nuestras vidas son también fuentes importantes de satisfacción.
En resumen, la ciencia psicológica cada vez se está centrando más en investigar las fuentes del bienestar y la satisfacción, y en devolvernos una imagen más equilibrada del ser humano a nivel psicológico reflejando no sólo las debilidades sino también las fortalezas. Esperemos que los frutos de estos esfuerzos de investigación sean aprovechados para que de alguna forma puedan favorecer la construcción de una sociedad mejor, más positiva y más sana.
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