El Coaching Estratégico Positivo surge en respuesta a la creciente demanda de Eficacia y Eficiencia en las organizaciones y en las personas, propiciando una adaptación continua a los objetivos tanto personales como empresariales; trabajando desde los valores de las personas y de la cultura organizacional, las fortalezas de cada integrante y grupo, y desarrolla una nueva forma de comunicación más eficiente y eficaz necesarias para liderar tanto la vida personal como la profesional al interior de la empresa, equipos de trabajo, consultoría y en organizaciones tanto privadas como publicas.
Su objetivo primordial son los procesos por sobre los sobre los contenidos, es como “enseñar a caminar o a pensar de una nueva y más eficiente manera”, no solo transmite nuevos conocimientos, sino que hacer que las personas adquieran nuevos instrumentos aplicativos que les permitan cambiar de un modo concreto su propio estilo de funcionar, percibir y afrontar los temas y conceptos dentro de las empresas y organizaciones. Estas adquisiciones puede ser “transferidas” a la realidad operativa de cada uno en cualquier área que se necesite.
El enfoque estratégico puede ser definido como "el arte de resolver complicados problemas humanos mediante soluciones aparentemente simples". Es una intervención breve y focalizada, orientada hacia la extinción de los síntomas, por una parte, y hacia la reestructuración de la percepción que la persona tiene de sí misma, de los otros y del resto del mundo. Cuyo objetivo principales es resolver rápidamente los problemas y trastornos que pueden convertirse en invasivos e invalidantes no sólo para la persona que los sufre, sino para quienes lo rodean.
Con el aval de una rigurosa metodología de investigación empírico-experimental, avalado fuertemente por la neurociencia, el enfoque estratégico positivo representa una perspectiva revolucionaria respecto a los modelos convencionales de intervención, en cuya base se encuentra una teoría compleja y avanzada.
El enfoque estratégico se focaliza desde el principio en romper este círculo vicioso que se ha establecido entre las soluciones intentadas y la persistencia del problema, trabajando sobre el presente más que sobre el pasado, sobre "Cual es y cómo funciona" el problema más que sobre "por qué existe", sobre la búsqueda de las "soluciones" más que sobre las "causas".
El objetivo último de la intervención se convierte así en el desplazamiento del punto de observación del individuo desde su posición original rígida y disfuncional (que se expresaban en las "soluciones intentadas") hacia una perspectiva más flexible y funcional, con mayores posibilidades de elección. De este modo, la persona adquiere la capacidad de afrontar los problemas sin rigidez y estereotipia, desarrollando un abanico de estrategias resolutivas distintas y posibles donde puede hacer uso de sus capacidades y fortalezas conocidas y gestionadas adecuadamente en cada situación.
El objetivo último de la intervención se convierte así en el desplazamiento del punto de observación del individuo desde su posición original rígida y disfuncional (que se expresaban en las "soluciones intentadas") hacia una perspectiva más flexible y funcional, con mayores posibilidades de elección. De este modo, la persona adquiere la capacidad de afrontar los problemas sin rigidez y estereotipia, desarrollando un abanico de estrategias resolutivas distintas y posibles donde puede hacer uso de sus capacidades y fortalezas conocidas y gestionadas adecuadamente en cada situación.
La intervención estratégica es de tipo activo y prescriptito, y debe producir resultados a partir de las primeras sesiones. Si esto no ocurre, se modifica la propia estrategia sobre la base de las respuestas o resultados obtenidas, hasta encontrar aquella idónea para guiar a la persona u organización al cambio definitivo de la situación problemática.
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