Mi gran motivación para iniciar este blog, es porque siento que hoy en día el avance de la ciencia y la tecnología nos esta brindado una oportunidad única y maravillosa para los que hoy queremos crecer, evolucionar, sanar, aprender a ser felices o simplemente aprender. Siento y creo que somos tremendamente privilegiados de estar vivos en este momento del desarrollo evolutivo de la humanidad, ya que estamos viviendo una época “dorada” en lo que a desarrollo humano se refiere.
Catalina Giacaman

jueves, 9 de septiembre de 2010

Enfocarse en las propias virtudes es una poderosa herramienta para ser feliz.

la presencia abundante de emociones positivas y sentimientos de bienestar.  Para “estar_bien” hay que entrenar: el bienestar no es un asunto divino o del azar, del destino o la genética, sino que es un trabajo personal y cotidiano. Es la propuesta de la "psicología positiva",  cuyo objetivo es resolver los problemas de las personas, apoyándose en las fortalezas de la persona, en sus áreas sanas, en vez de ir a reparar lo dañado.

La felicidad no es una consecuencia, sino que es la causa de una buena vida”. Las personas felices gozan de mejor salud, tienden a tener mejores relaciones. Ése es un hallazgo de la psicología positiva".  Las emociones positivas son propiciadoras de efectos positivos para la vida, por lo cual es deseable que cada persona viva estas emociones en mayor número que las negativas. La relación ideal es 3 a 1, de manera que lo negativo pasa a ser menos relevante.
De acuerdo a este enfoque, el bienestar individual depende un 10% de las circunstancias, un 50% de los genes y un 40% de cada persona. La idea de la PP es trabajar ese poderoso 40%.
Martin Seligman, el máximo exponente de la psicología positiva, investigó y concluyó que existen 24 fortalezas básicas. Y éstas se pueden sintetizar en seis grupos: sabiduría y conocimiento; coraje; humanidad; justicia; moderación y trascendencia.  Cinco se relacionan en mayor grado con la satisfacción con la vida que las otras 19, y éstas son gratitud, optimismo, entusiasmo, curiosidad y capacidad de amar y ser amado.

La psicología positiva y científica propone una serie de ejercicios cotidianos para entrenar esas virtudes. Y aquí propone cuatro:
Expresar gratitud: Consiste en dar las gracias por las cosas positivas que se tienen, un ejercicio, es hacer una lista con las 10 cosas positivas que le han pasado en la última semana. "Ni el 10% de las personas llena esa pregunta. El ejercicio de la gratitud nos permite dirigir nuestro foco a las cosas positivas que nos pasan y que hacemos".
Evitar la rumiación: Darle vuelta una y otra vez a lo mismo sólo profundiza la pena, y no contribuye a resolver nada.
Practicar la generosidad: El altruismo incrementa las emociones positivas, porque ayuda mucho más al que da (porque se siente infinitamente mejor que el que recibe). El resultado es que lo positivo es muchísimo más que lo negativos". Solo es necesario aprender a verlos; así como ver lo negativo es un hábito, también el hábito de enfocarse en lo positivo lo es. Es un patrón o estilo de percepción que se practica, se cultiva.
Es Aprender a perdonar: Esto no implica condonación ni olvido ni reconciliación. El perdón es una actitud interior que implica experimentar frente al ofensor menos hostilidad y menos deseos de venganza. Las investigaciones muestran que las personas que perdonan experimentan menos depresiones, son menos hostiles y menos neuróticas.


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